
By Michael Ashcraft
Dalfina Basile se preocupaba de la idea de traer a su hija especial, Michelle Villaseñor, 25, a participar en una jornada médica en Guatemala.
Con retraso mental que le ubica en nivel educativo de 2o grado primaria, Michelle podría perderse en una multitud para siempre. ¿Se lamentaría Dalfina de la decisión?
Después de llegar a la ciudad capital para montar la jornada gratúita, entró una mujer con látidos irregulares del corazón. Tenía ansiedad por su hija con retraso mental. La paciente necesitaba más que píldoras, necesitaba amor, comprensión y esperanza.
Le dije que sabía como era tener una hija especial y le dije que Dios podía trabajar en su vida — Dalfina recuerda. Le dije: Dios te escogió por cuanto eres una persona con dotaciones. Fui y traje a Michelle y Michelle oró por esa mujer. Ella se rompió con lágrimas Yo lloré. Lloramos juntos y nos abrazamos.
Desaparecieron las dudas acerca de llevar a su hijo a 5,000 kilómetros de casa a la bulla y el caos de la ciudad de Guatemala.

Tan solo para esa mujer particular, Dios hizo que yo trajera a mi hija a Guatemala. — Dalfina enfatiza. — Así es Dios. A Él le important aquella familia tanto que tuvo a bien que yo arrastara a Michelle acá. Dios nos usó para levantar el ánimo de esa mujer para que se diera cuenta que Dios la iba a usar de una manera poderosa. Le dije que tuviera paciencia por que Dios estaba obrando en su vida.
Lighthouse Medical Missions se conoce mejor por las jornadas médicas que realizan en la África, pues el grupo ha llevado a cabo aproximadamente 30 tales, mayormente en la África Occidental. Han traído avivamiento a naciones donde el islám está arraigado.
Pero ahora el Dr. Bob Hamilton, el pediatra de Santa Mónica, California, que encabeza la organización no gobermental, quería venir a Centroamerica. Él presionó para que Dalfina se llevara a su hija ya que ella ha empacado las medicinas para las jornadas durante 17 años. Él quería que ella viera el fruto de sus labores.
Lighthouse Medical Missions atendió a 620 patients en Guatemala, quienes sufrían la alta presión, el diabetes, quemaduras y el chikungunya, entre otras afliciones.
Para los cuerpos enfermos recetaron píldoras, para corazones enfermos administraron un dósis de Jesús.
La hija de Abigaíl Esteban tiene 14 años de edad, pero por su atraso mental no come y pesa apenas 33 libras.
Dalfina sabe como es. Yo no podía darle ni pecho ni pacha a mi hija. Solo podía meterle poquitos de leche. Yo oraba que no le ahogara. — Dalfina reporta. — Pero mírala ahora.
A través de lágrimas, Abigail miró a Michelle, quien se sonrió con ojos de compasión. La realidad es que las necesidades especiales de Michelle apenas se notan.
Durante la jornada, ella se quedaba alrededor de la farmacía interna de la jornada con una sonrisa imperecedera. Daba chupetes y juguetes a los niños y cargaba a los bebés en sus brazos.
Me encantó este viaje — dijo Michelle. — Abrazaba a muchos bebés.
Al ver a Michelle frente a ella, Abigaíl se animó para seguir peleando para el bien de su hija. Dalfina dice que logró más éxito de lo que esperaban los doctores a través de la oración.
Dalfina me dijo que seguiera luchando para hija, que nunca me rindiera. — Abigaíl dijo. — Ella me ayudó mucho porque vine estresada. Al ver a su hija, espero que mi hija pueda progresar como ella.

Abigaíl fue tan solo un destello entre muchos durante toda una semana de repartir medicamentos en el Liceo Bilingüe La Puerta. También atendían en la iglesia La Casa del Alfarero de Villa Nueva al sur inmediato de la capital.
Con tan solo un pediatra, con tan solo un doctor de medicina general y con algunas enfermeras, no podían depender de espcialistas, de exámenes de laboratorio y de rayos equis. Tuvieron que realizar el diagnóstico con inteligenica y con las pocas síntomas que explicaban los pacientes.
Lighthouse Medical Missions es el invento y la pasión del Dr. Hamilton, quien demuestra la compasión de Jesús. Reside comodamente en Santa Mónica, California, sin necesidad de someterse a las dificultades de países en vías de desarrollo. Regularmente sufre el calor sofocante en la África y viajes de 36 horas de duración porque el amor de Cristo lo obliga.
Dos veces al año el Dr. Bob se lleva a voluntarios ” quienes pagan su propio pasaje, hotel y comida ” a trabajar jornadas de 10 horas al día a algún lugar recóndito del globo terráquio en que atiendan a números record de pacientes. A veces, los pacientes han caminado hora o han ido en bus por días para llegar. Eso occure especialmente en la África, donde los pacientes carecen de médicos y de finanzas para la medicina.
Alrededor del mundo de pobreza, los medicamentos escasean. La gran porción de dinero que gasta Lighthouse Medical Missions es para medicinas.
¿Por qué Dalfina le acompaña en estas jornadas médicas vez tras vez?
Por gente como Abigaíl.
Nos conversamos, oramos y lloramos juntas. Lloramos bastante. — Dalfina dice. — Al final de nuestra charla, nos sonreíamos y nos abrazábamos como las mejores amigas. Me dio una foto de su hija y le di una foto de la mía. Estaremos orando la una para la otra siempre.